martes, 6 de diciembre de 2016

Recta final, herramientas a usar
Me es un poco difícil el poder enumerar todas las cosas aprendidas en este año y cuando hablo de esto no solo me refiero a técnicas de diseño, sino tips para sobrevivir, intentando tener a FADU de nuestro lado como una gran aliada y no como el enemigo. 
Si sera duro el primer año... Gracias a la experimentación constante de materiales, propuesta por la cátedra Rondina, uno aprende que no es lo mismo comprar material en la facultad que en una librería de barrio, que los tiempos de los proveedores están especialmente calculados para entregarnos un segundo después de que nos haya agarrado un colapso mental y que gracias a Dios para cortar con cutter, se invento la regla metálica con una traba a prueba de accidentes (me lo contó el medico de la guardia). A su vez, aprendí que al trabajar en equipo se tiene que tener la mente totalmente abierta para que hasta el mate mas frió y lavado que nos puedan llegar a cebar este "bueno" porque el día de mañana de quien menos lo creamos, nos estaremos acordando para utilizar algún consejo clave para una entrega.
Relacionar, reciclar, sentir, programar y crear en mi opinión, fueron los pilares más elementales de este ciclo de diseño donde cada etapa fue protagonizada por uno pero abastecida por todos. A medida que todo fue interrelacionándose, incluyendo la forma en la que los grupos y sus integrantes fueron rotando, hicieron del producto no solo un objeto sino también una integridad de ideas proyectistas colectivas.
En mi opinión personal estoy muy contenta con los resultados obtenidos, la posibilidad de darle un cuerpo y un propósito a nuestro accionar como diseñadores, fue la última experiencia vivida pero la más satisfactoria. Me hubiese encantado por incluir en este escrito lo que vamos a vivir el Miércoles 7 de Diciembre en el hogar a la hora de entregarle los juegos a los chicos, porque creo que es lo que termina de englobar el punto al cual quiero llegar que no se rige por la cantidad de experiencias aprendidas, sino por su calidad. Y por calidad no quiero caer en el cliché de su frase, pero si en agradecer la perseverancia que encontré en los profesores a la hora de explicar. Si no era en clase, era fuera de hora en las escaleras, sino también en Facebook, en el blog de la cátedra, en Pinterest y sino siempre había una nota de voz grabada por Cami de Mariana dando vueltas por los grupos de WhatsApp. La elocuencia en el orden de cada tema abarcado que hizo que estemos hasta el último TP pensando "¿y todo esto cómo se va a relacionar?, para que al final no solo podamos ver el propósito total, si no también darnos cuenta que el camino a contactarse con esa integridad siempre estuvo, solo que como diseñadores tendemos a enfocarnos tanto en nuestra consigna momentánea que nos olvidamos de concientizar todas las herramientas que tenemos en nuestro al rededor. 
Ver. Diseñando aprendí a ver, a dejar de estar trabada para mirar desde otra perspectiva, a alejarme, a investigar, a volver para atrás y a animarme a pedir la mirada de un tercero. Ver que un curso no está solamente para ocupar bancos sino para apoyarse y festejar tomando una birra como un buen cierre de un año de diseño y ojalá juntos, como apertura de otro.